1830
En los viñedos de Los Alamos crecen cuatro variedades de uvas tintas –Cabernet Sauvignon, Malbec, Merlot y Syrah– y dos de uvas blancas –Chardonnay y Pinot de La Loire–; todas se cosechan a mano, respetando los momentos adecuados para que cada una de las variedades produzca los mejores caldos.

La espera de la maduración de los taninos es clave para las tintas destinadas a producir vino en barricas de roble. Pero, para lograr la acidez necesaria en la elaboración de algunos vinos blancos hay que cosechar sus uvas antes de su máxima madurez. Y para producir los vinos de postre hay que esperar una maduración tardía.